sábado, 15 de septiembre de 2007

¿Y…esto es arte o basura?


Una mañana cualquiera, Rosa María, la empleada de servicio de los Ramírez, limpiaba la habitación de la “niña Juanita”, la consentida y rebelde de la casa quien, en un arrebato de adolescente, decidió que estudiaría artes plásticas. Desde que ingresó a primer semestre, la casa empezó a llenarse de objetos raros, de piezas que parecían a medio hacer y de pinturas llenas de colores o por el contrario, con una mancha negra en el centro. De esto no entendía Rosa María, ni tampoco le interesaba hacerlo; sin embargo, esa mañana, encontró en la habitación de la niña Juanita un montón de basura que formaba una bola multicolor. Pedazos de botellas de plástico, tapas de gaseosa, pedazos de periódico, un LP de Camilo Sesto cortado como si fuera una pizza y hasta radiografías del papá de Juanita. “Qué mugrera”, pensó, mientras recogía con paciencia el basural que la jovencita había dejado tirado en su habitación.


Cuando estaba a punto de culminar su extenuante tarea, un grito histérico se escuchó en toda la casa; “¡Rosa Maríaaaaaaaaaaaaa, qué diablos está haciendoooo!”. La escoba y el recogedor cayeron, golpeando el suelo de madera al unísono; la empleada volteó su cabeza lentamente, como si temiera que la furia de Juanita se descargara sobre su regordeta humanidad. Sus ojos negros se encontraron con los verdes de la niña Juanita, quien roja de la furia, le replicó: “¿Es que usted es bruta, Rosa María? ¡Esto es arte, cómo se le va a ocurrir botarlo!”. La asustada empleada masculló una disculpa y con la mirada baja huyó al territorio seguro de la cocina, en donde decidió ponerse a pelar unas papas mientras pasaba el temporal.


Así transcurrieron los días y afortunadamente la niña Juanita olvidó el incidente. Rosa María decidió ser más cuidadosa y limpiar con más cuidado; un día en el que Juanita descansaba plácidamente en su cama, Rosa María limpiaba y recogía todo lo que se pareciera al mugre en una bolsa negra. De repente, se tropezó con un muñequito de infancia de Juanita. La cabeza del que algún día fue un tierno bebé rubio ojiazul había sido volteada y algún malvado le había dibujado una estrella negra alrededor del ojo izquierdo; le faltaba un brazo y su barriguita había sido cortada en forma de círculo; adentro se observaba un péndulo colgado de una cadena dorada. El muñequito estaba dentro de una urna de cristal con extrañas inscripciones. Entonces, para no correr riesgos, Rosa María despertó a Juanita y le preguntó: “Niña Juanita… ¿esto es arte o es basura?


Tal vez Rosa María, en su ingenuidad, fue más inteligente que muchos. Se atrevió a decir lo que muchas personas (dentro de las cuales me incluyo) pensamos cuando asistimos a galerías o exposiciones de arte. Dirán algunos entendidos, los galeristas y los críticos de arte que el vulgo, el “gusto popular masificado” no entiende lo que es el arte. Sin embargo, yo me permitiría recordarles que desde la aparición de un orinal que a Marcel Duchamp se le ocurrió llamarlo “La fuente”, la tradición estética se ha escindido. Ni qué decir de las famosas latas de sopa Campbell’s , que hicieron famoso a Andy Warhol.


Entonces, el arte ya no pasa por lo sublime, por el “aura” de las obras de la que hablaba Walter Benjamin; el arte contemporáneo es, ante todo, expresión, experimentación y subjetividad. No todo el mundo ve en una pintura, una escultura, una fotografía, un performance o una instalación lo que el artista o el galerista quieren que se vea. Creo en la libertad de interpretación del arte y en la multiplicidad de significados que se derivan de una obra.


Y además, como el arte pasa por el gusto, es evidente que ciertas obras no son del agrado de todo el mundo; más aún, el hecho de que a alguien no le gusten no nos da el derecho de etiquetarlo como “inculto”. Eso me molesta sobremanera y alzo mi voz de protesta por el derecho a la libertad de interpretación en el arte. Por supuesto, hay que respetar algunas convenciones y hacer el esfuerzo por comprender la obra del artista, pero que eso no nos impida preguntarnos: ¿Esto es arte o es basura?

1 comentario:

Rina dijo...

No lo habría dicho mejor: el arte contemporáneo, en su mayor parte, gira hacia la subjetividad del artista... y cada artista es mundo, habría que ser adivino o brujo para saber que concepto tiene sobre su obra. Entonces, no es que el vulgo no sea culto, es que todos somos un indiviudo dentro de la unidad.


 

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